El FC Barcelona necesita recuperar sensaciones y resultados cuanto antes. La derrota en el Clásico del Bernabéu ante el Real Madrid quedó atrás, y así lo dejó claro Hansi Flick antes de recibir al Elche en Montjuïc a las 18:30 horas. El técnico azulgrana pidió cerrar el capítulo del Clásico porque “no quería hablar más del asunto”, evitando que la herida siguiera abierta.
Sin embargo, la semana no fue sencilla para la afición culé. A la caída ante el eterno rival se sumó una noticia más dolorosa: la lesión de Pedri, quien estará fuera varias semanas. El equipo pierde a su faro en el centro del campo, pero Flick insistió en su discurso habitual desde su llegada: “no valen excusas”. Y razón no le falta, pese a que la temporada acumula un reguero de percances físicos.
Aun así, hay un pequeño alivio. Está previsto que el entrenador pueda recuperar esta tarde a Dani Olmo y Robert Lewandowski. El protocolo médico marcará que no sean titulares, pero su presencia ya supone un empujón anímico. Además, el Barça no puede permitirse un tropiezo. El Real Madrid volvió a ganar y apenas cedió tres puntos en la Liga. Villarreal y Atlético también vencieron, por lo que la presión aumenta en la tabla.
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La obligación del Barcelona de reaccionar
Una pieza clave del análisis pasa por Lamine Yamal, protagonista del debate de la semana. Su rendimiento en el Clásico dejó dudas y la sensación de que, desde su baja por pubalgia, no ha recuperado el nivel desequilibrante. Su desquite debe aparecer en los próximos tres partidos: hoy ante el Elche, el miércoles en Brujas por Champions League y el domingo en Vigo contra el Celta. Son duelos propicios para recuperar confianza.
El Elche de Eder Sarabia llega como una de las revelaciones del campeonato. La visita del ex técnico culé añade una dosis emocional extra al enfrentamiento. Además, sus números recientes ante el Barça siempre generan curiosidad entre los aficionados. El club ilicitano se siente cómodo cuando puede presionar alto y buscar contragolpes rápidos, un terreno donde el Barça deberá estar atento.
Aunque los reflectores apuntarán a Lamine, Flick también tiene deberes colectivos. El Barça necesita una presión ofensiva más agresiva, líneas compactas y menos pérdidas de balón. Además, requiere incrementar el ritmo del juego y desequilibrar mejor por bandas. La defensa también está obligada a dar un paso adelante, ya que acumula siete partidos seguidos encajando, algo que no ocurría desde el 21 de septiembre, cuando dejó la portería a cero ante el Getafe.
Otro punto crítico es la concentración inicial. El equipo encajó primero en seis encuentros consecutivos, generando partidos cuesta arriba. Todo esto obliga al Barça a reaccionar y a dar señales reales de mejora. La semana, además, tendrá un detalle especial: la apertura parcial del nuevo Spotify Camp Nou para un entrenamiento con público. Será simbólico, pero representa el deseo de volver a casa y recuperar energía.
Hoy el Barça está obligado a responder con fútbol y resultados. Frente al Elche, la paciencia dejó de ser una opción.