El partido ante el Levante volvió a demostrar que Griezmann es mucho más que un revulsivo. Ingresó al campo en el minuto 60 y, apenas 37 segundos después, convirtió el centro de Llorente para poner el 2-1. Un impacto inmediato y un mensaje claro: cada vez que el francés entra desde el banquillo, cambia partidos. Sin embargo, lejos de conformarse con su rol actual, Antoine reconoce su deseo de jugar más: “Disfruto de estar aquí, pero cuando el míster me ponga tengo que demostrarle que puedo jugar”.
En esta temporada, Griezmann ha ocupado todas las posiciones del ataque y alterna titularidad y suplencia casi de manera equitativa (7-9). A pesar de ello, es el décimo futbolista del Atlético en minutos, con 671, pero el segundo máximo goleador del equipo con cinco tantos. De sus cuatro goles en Liga, todos llegaron entrando desde el banquillo (Real Madrid, Sevilla y doblete ante Levante), mientras que su gol en Champions lo firmó contra el Eintracht. Actualmente, es el suplente más goleador de Primera, heredando el rol que tuvo Sorloth en la 24-25.
Desde abril, cuando quedó fuera del once en el partido ante Las Palmas, la tendencia quedó marcada: Griezmann disputó 26 partidos, con apenas 10 titularidades (38,5%) y 16 apariciones como revulsivo (61,5%). Un contraste enorme respecto a su trayectoria histórica en el club, donde fue titular en el 86% de sus encuentros.
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El renacer goleador de Griezmann impulsa al Atlético en pleno crecimiento ofensivo
Más allá de su rol, lo cierto es que Griezmann atraviesa un momento goleador ascendente. Después de un extenso bache entre marzo y septiembre —donde solo marcó contra Botafogo— recuperó el olfato con cinco tantos consecutivos, todos ellos en el Metropolitano. “Cuando metés un gol parece que te caen más, como la de Julián, que se queda ahí y solo tuve que empujarla”, explicó el francés, consciente de que los momentos de confianza lo potencian.
Para Simeone, este repunte es una gran noticia. Con Julián Álvarez como fijo, Baena instalado en la segunda línea, Giuliano firme en banda derecha y Nico peleando por la izquierda, el abanico ofensivo es amplio. Pero en esa competencia interna, Griezmann quiere recuperar protagonismo: “Los roles van cambiando durante la temporada”, afirmó, dejando entrever su ambición.
Y es que un buen Griezmann siempre ha sido sinónimo de un buen Atlético. Su capacidad para decidir partidos, incluso entrando desde el banco, demuestra que su influencia sigue intacta. El francés no quiere mantenerse como el “sexto hombre”: quiere volver a ser imprescindible. Para el equipo, eso podría significar un salto de calidad en el tramo decisivo de la temporada.
